
𝐈𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐣𝐮𝐬𝐭𝐢𝐜𝐢𝐚, 𝟏𝟖 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 https://m.egwwritings.org/es/book/1745.2144#2144 𝐍𝐢 𝐭𝐚𝐦𝐩𝐨𝐜𝐨 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭é𝐢𝐬 𝐯𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐦𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐚𝐥 𝐩𝐞𝐜𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐢𝐧𝐢𝐪𝐮𝐢𝐝𝐚𝐝, 𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐨𝐬 𝐯𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐯𝐢𝐯𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐨𝐬, 𝐲 𝐯𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐦𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐨𝐬 𝐚 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐣𝐮𝐬𝐭𝐢𝐜𝐢𝐚. 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝟔:𝟏𝟑. El Señor os ha dado talentos que debéis emplear, y al utilizarlos como él se propone, habréis aumentado vuestra aptitud, sabiduría y claro entendimiento para comprender su obra. Vuestra mente y ojos deben vigilar para ver su advenimiento, vuestros oídos deben estar atentos para captar el menor susurro de su voz. El hizo vuestras rodillas: utilizadlas para postraros en oración. El es vuestra fortaleza. Aferraos por medio de la fe del Invisible. Que vuestros pies estén calzados con el apresto del Evangelio para correr obedientemente en el camino de sus mandamientos. Vuestra lengua y voz son un talento que Dios os ha dado para que contéis la historia de su vida, sus lecciones, su muerte, su resurrección, su ascensión. Debéis dedicar al Maestro la fuerza de vuestro cuerpo al pelear la buena batalla de la fe, venciendo a sus enemigos con la expresión: “Escrito está”. Vuestras simpatías y energías pertenecen a Dios. Empleadlas para glorificar a vuestro Redentor. Cultivad el pensamiento de que no estáis solos. Todos vuestros pasos son observados por el Salvador. Estáis rodeados por ángeles vigilantes. ... Así como los ángeles ministraban a Jacob, tan ciertamente ministrarán a todos los hijos humildes y contritos del Señor. Elevaos cada vez más alto, aferrándoos a un plano de fe tras otro. Andad y trabajad con amor a Dios y a los pobres oprimidos, y el Señor será vuestro auxiliador. “De cierto de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo de Dios”. Juan 1:51. Jesús ... es la escalera que une al mundo celestial con el terrenal. Su divinidad se aferra al trono de Dios. Su humanidad toca la tierra. Su brazo humano rodea a toda la humanidad. Mediante Jesucristo nos alcanza el ministerio de los ángeles. ... Gracias a Dios porque es bueno, porque su misericordia es eterna.—Carta 152, 1896.
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