
𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐨𝐛𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝐧𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬, 𝟏𝟖 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 https://m.egwwritings.org/es/book/1705.1949#1949 𝐎𝐜𝐮𝐩𝐚𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐯𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐯𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐞𝐦𝐨𝐫 𝐲 𝐭𝐞𝐦𝐛𝐥𝐨𝐫, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧 𝐯𝐨𝐬𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐞 𝐚𝐬í 𝐞𝐥 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐥 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫, 𝐩𝐨𝐫 𝐬𝐮 𝐛𝐮𝐞𝐧𝐚 𝐯𝐨𝐥𝐮𝐧𝐭𝐚𝐝. 𝐅𝐢𝐥𝐢𝐩𝐞𝐧𝐬𝐞𝐬 𝟐:𝟏𝟐, 𝟏𝟑. Nuestra relación con Dios es la misma que la de los niñitos hacia sus padres. El Dios de los cielos observa a su pueblo, su iglesia, lo mismo que los padres amantes vigilan a sus hijos. Y somos tan desatinados como lo son los niños pequeños; porque cuán dispuestos estamos a pensar en que lo sabemos todo, cuando en realidad no hemos comenzado a conocer lo que Dios espera enseñarnos cuando demostramos buena voluntad para seguir sus huellas. ¿No descenderemos de nuestra posición de justificación propia, y nos haremos cargo de la obra de Dios con la humildad de un niñito? ¿No estaremos deseosos de que él nos enseñe y nos guíe? Recién comenzamos a caminar con pasos vacilantes. Con el tiempo a tropezar y caer en cualquier momento. Del más alto al más bajo, cada uno de nosotros tiene debilidades espirituales y dificultades semejantes a las debilidades y las dificultades de los niños desvalidos. Y como estos niños inexpertos no pueden depender el uno del otro, sino de sus padres, del mismo modo nosotros debemos aprender a no fijar nuestras almas desvalidas en ningún ser humano, sino a unirnos al que es poderoso para salvar. Los planes humanos no tienen valor. Debemos depender individualmente de Dios para nuestra fortaleza y dirección... Estaremos a salvo mientras actuemos de acuerdo con el plan de Cristo, sosteniéndonos del brazo del Todopoderoso; pero tan pronto como perdamos el apoyo de su brazo y comencemos a depender de los seres humanos, estaremos en gran peligro.—Manuscrito 96, 1902.
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