¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del
Todopoderoso? Job 11:7. {AFC 11.2}
No podemos descubrir a Dios mediante el escudriñamiento. Pero él se ha
revelado en su Hijo, que es el resplandor de la gloria del Padre y la expresa
imagen de su persona. Si deseamos un conocimiento de Dios, debemos ser como
Cristo... El vivir una vida pura por fe en Cristo como el Salvador personal,
llevará al creyente a un concepto más claro y elevado de Dios... {AFC 11.3}
La vida eterna es la recompensa que será dada a todos los que obedecen
los dos grandes principios de la ley de Dios: el amor a Dios y al hombre... La
obediencia a estos mandamientos es la única evidencia en el hombre de que posee
un conocimiento genuino y salvador de Dios. El amor a Dios se demuestra por el
amor a aquellos por quienes murió Cristo. {AFC 11.4}
Mientras estaba recubierto por la columna de nube, Cristo dio
instrucciones acerca de este amor. Distinta y claramente presentó los
principios del cielo como reglas que había de observar su pueblo escogido en su
trato mutuo. Cristo vivió estos principios en su vida humana. Presentó en su
enseñanza los motivos que debieran gobernar las vidas de sus seguidores... {AFC 11.5}
Los que participan del amor de Dios, mediante la recepción de la verdad,
darán evidencia de esto haciendo esfuerzos fervientes y abnegados para dar el
mensaje del amor de Dios a otros. Así son colaboradores con Cristo. El amor a
Dios y el amor mutuo los une con Cristo mediante eslabones áureos... Esta unión
hace que fluyan al corazón continuamente ricos raudales del amor de
Cristo, y luego fluyan nuevamente en amor hacia otros.{AFC 11.6}
Las cualidades esenciales para conocer a Dios son las que señalan la
plenitud del carácter de Cristo: su amor, su paciencia, su desinterés. Esos
atributos se cultivan realizando actos bondadosos con un corazón bondadoso.—The Youth’s Instructor, 22 de marzo de
1900. {AFC
12.1}
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