¿Hay ídolos aquí? 9 de febrero
Hijitos, guardaos de los ídolos. 1 Juan 5:21. {MSV 49.3}
Cada verdadero hijo de Dios será aventado como trigo, y en el proceso
del aventamiento debe sacrificarse cada placer acariciado que aparte la mente
de Dios. Muchas familias tienen sus estantes, anaqueles y mesas llenos de
ornamentos y retratos... De este modo los pensamientos que deberían dirigirse
hacia Dios y los intereses celestiales, son atraídos hacia cosas comunes. ¿No
es esto una especie de idolatría? El dinero que se ha gastado en esta forma,
¿no debería haberse empleado para bendecir a la humanidad, para aliviar a los
que sufren, para vestir a los desnudos y alimentar a los hambrientos? ¿No
debería haberse puesto en la tesorería del Señor para promover su causa y
edificar su reino en la tierra? {MSV 49.4}
Este asunto reviste una gran importancia, y os es presentado a fin de
salvaros del pecado de la idolatría. Vuestras almas recibirán bendiciones si
obedecéis la Palabra pronunciada por el Santo de Israel: “No tendrás dioses
ajenos delante de mí”. Éxodo 20:3. Muchas personas están creando para sí
preocupaciones y ansiedades innecesarias al dedicar tiempo y consideración a
los adornos superfluos que llenan sus casas. Se requiere el poder de Dios para
apartarlas de su devoción, porque esto constituye en todo sentido una
idolatría. {MSV
49.5}
Aquel que escudriña los corazones desea rescatar a su pueblo de toda
clase de idolatría. Que la Palabra de Dios, el libro bendito de vida, ocupe
las mesas que ahora están llenas de adornos inútiles. Gastad vuestro dinero en
adquirir libros que sirvan para esclarecer la mente en lo que atañe a la verdad
presente... Apoderaos de la Palabra de Dios como el tesoro de amor y sabiduría
infinita; éste es el libro guía que muestra el camino hacia el cielo... {MSV 49.6}
¡Cómo quisiera que investigaseis las Escrituras con una actitud de
oración en vuestros corazones, y con un espíritu de entrega a Dios! ¡Ojalá
escudriñaseis vuestros corazones como si contaseis con la ayuda de una vela
encendida, para descubrir y romper hasta los hilos más finos que os unen a los
hábitos mundanales que apartan de Dios la mente! Rogad a Dios que os muestre
cada práctica que aleje de él vuestros pensamientos y afectos.—Mensajes Selectos 2:366, 367. {MSV 50.1}
Comentarios
Publicar un comentario