
饾悇饾惎饾悽饾惌饾悶饾惁饾惃饾惉 饾惀饾悮饾惉 饾悵饾悽饾惉饾惄饾惍饾惌饾悮饾惉 饾悶饾惂饾惌饾惈饾悶 饾惂饾惃饾惉饾惃饾惌饾惈饾惃饾惉, 饾惄饾惈饾惃饾惁饾惃饾惎饾悮饾惁饾惃饾惉 饾惀饾悮 饾悮饾惈饾惁饾惃饾惂铆饾悮, 饾煆饾煑 饾悵饾悶 饾惂饾惃饾惎饾悽饾悶饾惁饾悰饾惈饾悶 https://m.egwwritings.org/es/book/1750.2620#2620 “饾悅饾悽饾悶饾惈饾惌饾悮饾惁饾悶饾惂饾惌饾悶 饾惀饾悮 饾惉饾惃饾悰饾悶饾惈饾悰饾悽饾悮 饾悳饾惃饾惂饾悳饾悶饾悰饾悽饾惈谩 饾悳饾惃饾惂饾惌饾悽饾悶饾惂饾悵饾悮; 饾惁饾悮饾惉 饾悳饾惃饾惂 饾惀饾惃饾惉 饾悮饾惎饾悽饾惉饾悮饾悵饾惃饾惉 饾悶饾惉饾惌谩 饾惀饾悮 饾惉饾悮饾悰饾悽饾悵饾惍饾惈铆饾悮. 饾悘饾惈饾惃饾惎饾悶饾惈饾悰饾悽饾惃饾惉 饾煆饾煈:饾煆饾煄. La Reforma se vio enormemente retrasada por enarbolar prominentes diferencias en algunos puntos de fe, en tanto que cada sector sosten铆a tenazmente los aspectos en los que difer铆an. Antes de mucho habr谩 un acuerdo, pero ponerse firmes y considerar que es vuestra responsabilidad presentar sus puntos de vista en decidida oposici贸n a la fe o a la verdad, como la hemos ense帽ado, es un error que traer谩 da帽o y nada m谩s que da帽o, como en los d铆as de Lutero. As铆 comienzan a apartarse y se sienten en libertad de expresar sus ideas sin referencia a los enfoques de sus asociados y as铆 se plantear谩 una condici贸n con la que ni siquiera han so帽ado. Mi esposo ten铆a algunas ideas en ciertos aspectos que difer铆an de los puntos de vista asumidos por sus hermanos. Me fue revelado que por verdaderos que fueran sus puntos de vista, Dios no lo hab铆a invitado a exponerlos delante de nuestros hermanos y generar, de este modo, diferencias de ideas... No se debe dirigir la atenci贸n hacia conceptos especulativos, porque hay ciertas mentes peculiares a las que les encanta asumir ideas que otros no aceptan, argumentando y atrayendo todo hacia ese aspecto, insistiendo en ese punto y magnific谩ndolo, cuando en realidad es un asunto que no es de vital importancia y se lo entender谩 de una forma diferente. En dos ocasiones me fue mostrado que todo aquello que en este tiempo desv铆e a nuestros pastores de los aspectos esenciales no debiera presentarse como una cuesti贸n primordial. Cristo no revel贸 muchas cosas que eran verdad, porque habr铆a creado diferencias de opini贸n y despertado disputas. Pero los j贸venes que no han pasado por la experiencia que nos toc贸 vivir podr铆an no tomar en cuenta ese aspecto. Nada los satisfar铆a m谩s que iniciar una discusi贸n... Estamos en el gran d铆a de la expiaci贸n, un tiempo en que deber铆amos afligir nuestras almas, confesar nuestros pecados, humillar nuestros corazones delante del Se帽or y estar listos para el gran conflicto. Cuando estas contiendas se planteen delante del pueblo, creer谩n que uno tiene la raz贸n, entonces habr谩 otro totalmente opuesto que considere tener la raz贸n. La pobre gente quedar谩 confundida y la conferencia no habr谩 servido de nada. Ahora cuando reina la disensi贸n y la contienda, debiera hacerse un esfuerzo decidido para dominar el problema, para publicar con la pluma y con la voz, aquellas cosas que s贸lo revelen armon铆a.—Carta 37, 1887.
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