Cada Día con Dios


Se promete ayuda, 15 de enero ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? Jeremías 23:29. El Señor anhela que sus hijos se desempeñen bien y que estén en paz los unos con los otros mediante Cristo, el pacificador. Cuando Jesús mora en el corazón, las facultades del ser funcionan armoniosamente. La razón y los afectos, al saber cómo tienen que desempeñarse, trabajan unidos. Como el rey en su trono, la razón dirige todo el mecanismo. Puede ser que se necesite mucho trabajo para edificar el carácter y que ustedes sean piedras toscas que deben ser escuadradas y pulidas antes que estén listas para ocupar su lugar en el templo de Dios. No tienen por qué sorprenderse si con martillo y cincel Dios elimina sus defectos de carácter, hasta que estén en condiciones de ocupar el lugar que Dios les ha preparado. Nadie puede hacer esta obra. Sólo Dios puede hacerla. Pueden estar seguros de que él no dará un golpe en vano. De cada golpe con amor, para el eterno bien y la felicidad perdurable de ustedes. Conoce sus flaquezas y obra para restaurar, no para destruir. ¿Por qué nos apartamos de la sabiduría divina en procura de la humana? Dios ve cómo lo deshonramos. Sabe que en los seres humanos no encontraremos consuelo para nuestros males, y se apiada de nosotros porque estamos tan necesitados y al mismo tiempo tan poco dispuestos a hacer de él nuestro confidente, el portador de nuestras cargas. Ve que los seres humanos menosprecian el amor y la misericordia provista para ellos, y dice tristemente: “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. Juan 5:40. Nuestra desconfianza es un insulto para Aquel que ha hecho tanto por nosotros. Nunca abandonará a los que acuden a él. Del alma pobre y desfalleciente, cansada de acudir a los seres humanos, solamente para recibir traición y olvido, Cristo dice: “¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”. Isaías 27:5. Cristo anhela decir hoy de su pueblo lo que dijo del Israel de antaño: “Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor”. Ezequiel 16:14.—Manuscrito 5, del 15 de enero de 1901, “Nuestro pronto auxilio”.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374