Ir al contenido principal

Dios nos Cuida


Transformados de gloria en gloria, 15 de enero Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18. Cuando recibe la iluminación del Espíritu de Dios, el creyente contempla la perfección de Jesús, y al considerarla, se regocija con gozo inexpresable. En el yo ve pecado y desesperanza; en el Redentor ve un carácter inmaculado y un poder infinito. El sacrificio que Cristo hizo a fin de poder impartirnos su justicia, es el tema en el cual podemos meditar con entusiasmo más y más profundo. El yo no vale nada; Jesús es supremo... El poder transformador de la gracia puede hacer de mí un participante de la naturaleza divina. En Cristo ha resplandecido la gloria de Dios, y al contemplar a Cristo, contemplamos su abnegación recordando que en él mora toda la plenitud de la Divinidad corporalmente, y el creyente se acerca más y más a la Fuente de poder... Cuán esencial es que tengamos la iluminación del Espíritu de Dios porque sólo de esa manera podemos ver la gloria de Cristo, y al contemplarlo, nuestro carácter se transforma debido a nuestra fe en Cristo y por medio de ella... [El] tiene gracia y perdón para toda alma. Al mirar por la fe a Jesús, nuestra fe atraviesa las sombras, y adoramos a Dios por su maravilloso amor al dar a Jesús el Consolador... El pecador puede llegar a ser un hijo de Dios, un heredero del cielo. Puede levantarse del polvo y permanecer revestido con la vestimenta de la luz... Con cada paso que da, ve nuevas bellezas en Cristo, y se asemeja más y más a él en carácter. El amor que se manifestó hacia él en la muerte de Cristo despierta una respuesta de amor agradecido, y como una contestación a la oración sincera el creyente es conducido de gracia a gracia, de gloria en gloria, hasta que al contemplar a Cristo, sea cambiado a la misma imagen.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA IGLESIA ADVENTISTA NO ES BABILONIA... ¡ES LAODICEA!

Conozco la Iglesia Adventista desde mi niñez (7 años) y sé que es la Iglesia Verdadera. Lo he sabido desde que mis papás encontraron en la Biblia la verdad del sábado y buscaron la iglesia que respetara los mandamientos de Dios y encontraron a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Desde entonces he tenido la convicción de que la Iglesia Adventista es la Iglesia Verdadera, por cuanto es la única que predica la verdad completa y cumple los dos requisitos que ESTÁN ESCRITOS tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: ANTIGUO TESTAMENTO: “!!A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”(Isaías 8:20) NUEVO TESTAMENTO “ Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Apocalipsis 14:12) “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesu