
𝐒ó𝐥𝐨 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐛𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨, 𝟐𝟎 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 https://m.egwwritings.org/es/book/1755.2395#2395 𝐒𝐮𝐬 𝐚𝐥𝐭𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐢𝐫é𝐢𝐬, 𝐲 𝐪𝐮𝐞𝐛𝐫𝐚𝐫é𝐢𝐬 𝐬𝐮𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐭𝐮𝐚𝐬, 𝐲 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐢𝐫é𝐢𝐬 𝐬𝐮𝐬 𝐢𝐦á𝐠𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐀𝐬𝐞𝐫𝐚, 𝐲 𝐪𝐮𝐞𝐦𝐚𝐫é𝐢𝐬 𝐬𝐮𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐟𝐮𝐞𝐠𝐨. 𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐭ú 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐩𝐮𝐞𝐛𝐥𝐨 𝐬𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐉𝐞𝐡𝐨𝐯á 𝐭𝐮 𝐃𝐢𝐨𝐬. 𝐃𝐞𝐮𝐭𝐞𝐫𝐨𝐧𝐨𝐦𝐢𝐨 𝟕:𝟓, 𝟔. Dios quería que su pueblo entendiera que sólo él debía ser objeto de adoración; y que cuando vencieran a las naciones idólatras que los rodeasen, no debían conservar ni una sola de sus imágenes de su culto, sino que debían destruirlas completamente. Muchas de esas deidades paganas eran muy costosas, y artísticamente confeccionadas, como para tentar a los que habían presenciado el culto idólatra, tan común en Egipto, para que consideraran esos objetos inanimados con cierto grado de reverencia. El Señor quería que su pueblo supiera que a causa de la idolatría de esas naciones, que los había inducido a practicar toda clase de impiedades, él usaría a los israelitas como su instrumento para castigarlos y destruir sus dioses... “Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Éufrates; porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti”. Éxodo 23:31... Dios dio estas promesas a su pueblo con la condición de que le obedeciera. Si servía al Señor plenamente, haría grandes cosas por él. Después que Moisés hubo recibido los juicios de Dios, y los hubo escrito para el pueblo, juntamente con las promesas que se cumplirían si obedecían, el Señor le dijo: “Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos. Pero Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él. Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho”. Éxodo 24:1-3. Moisés no escribió los Diez Mandamientos sino los juicios que Dios les había intimado a observar, y las promesas que se cumplirían con la condición de que los obedecieran. Se las leyó al pueblo, y éste se comprometió a obedecer todas las palabras que el Señor había dicho. Moisés escribió entonces en un libro la solemne promesa de ellos, y ofreció sacrificios al Altísimo en favor del pueblo. “Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos”. Éxodo 24:7.—La Historia de la Redención, 146, 147.
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