Cómo “redimir” el tiempo, 10 de marzo
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no cómo necios sino como
sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Efesios 5:15, 16. SSJ 76.1
El valor del tiempo sobrepuja todo cómputo. Cristo consideraba
precioso todo momento, y así es como hemos de considerarlo nosotros. La vida es
demasiado corta para que se la disipe. No tenemos sino unos pocos días de
gracia en los cuales prepararnos para la eternidad. No tenemos tiempo para
perder, ni tiempo para dedicar a los placeres egoístas, ni tiempo para
entregarnos al pecado. Es ahora cuando hemos de formar caracteres para la vida
futura e inmortal. Es ahora cuando hemos de prepararnos para el juicio
investigador. SSJ 76.2
Apenas los miembros de la familia humana empiezan a vivir,
comienzan a morir, y la labor incesante del mundo termina en la nada a menos
que se obtenga un verdadero conocimiento respecto de la vida eterna. La gente
que aprecia el tiempo como su día de trabajo, se preparará para una mansión y
una vida inmortales. Vale la pena que hayan nacido. SSJ 76.3
Se nos amonesta a redimir el tiempo. Pero el tiempo desperdiciado
no puede recuperarse jamás. No podemos hacer retroceder ni un solo momento. La
única manera en la cual podemos redimir nuestro tiempo es aprovechando lo más
posible el que nos queda, colaborando con Dios en su gran plan de redención. En
aquel que hace esto se efectúa una transformación del carácter. Llega a ser hijo(a)
de Dios, miembro de la familia real, hijo(a) del Rey celestial. Está
capacitado(a) para ser compañero(a) de los ángeles. SSJ 76.4
Ahora es nuestro tiempo de trabajar por la salvación de nuestros
semejantes. Hay algunos que piensan que si dan dinero a la causa de Cristo, eso
es todo lo que se requiere de ellos; y el tiempo precioso, en el cual pudieran
hacer obra personal para Cristo, pasa sin ser aprovechado. Pero es deber y
privilegio de todos los que tiene salud y fuerza prestar a Dios un servicio activo.
Todos han de trabajar en ganar almas para Cristo. Los donativos en dinero no
pueden ocupar el lugar de esto... SSJ 76.5
La oportunidad que se nos ofrece hoy de hablar a algún alma
necesitada de la Palabra de vida, puede no volver jamás. Puede ser que Dios
diga a esa persona: “Esta noche vengo a pedirte tu alma” (ver Lucas 12:20), y a causa de nuestra negligencia
no se halle lista. En el gran día del juicio, ¿cómo rendiremos cuenta de ello a
Dios?—Palabras de Vida del Gran Maestro, 277, 278.
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