Ampliamente perdonado, 13 de febrero
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo
sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al
Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Isaías 55:7. ELC 52.1
Hay muchos que no tienen la confianza de una viviente certidumbre
de que Cristo está abogando ante el Padre como nuestro Intercesor. Cristo se ha
identificado con nuestras necesidades y puede suplir toda carencia particular
de nuestra condición debilitada. Durante su vida en esta tierra asumió la
actitud de representante suplicante y celoso, buscando de la mano del Padre una
provisión fresca de fortaleza, que lo vigorizara y refrigerara dándole palabras
de ánimo y lecciones consoladoras para impartir a los seres humanos. Sus
palabras fortalecerán cada alma para el deber y para la prueba. ELC 52.2
Así como Cristo, en su humanidad, buscaba fuerza de su Padre para
poder soportar la prueba y la tentación, también debemos hacerlo nosotros.
Debemos seguir el ejemplo del inmaculado Hijo de Dios. Necesitamos diariamente
ayuda, gracia y poder de la Fuente de todo poder. Debemos echar nuestras
impotentes almas sobre el Único que está pronto a ayudarnos en todo momento de
necesidad. Demasiado a menudo nos olvidamos del Señor. Cedemos a nuestros
impulsos y perdemos las victorias que deberíamos ganar. ELC 52.3
Si somos vencidos, no dilatemos en arrepentirnos y en aceptar el
perdón que nos pondrá en posición ventajosa. Si nos arrepentimos y creemos,
será nuestro el poder purificador de Dios. Su gracia salvadora se ofrece
gratuitamente. Su perdón se otorga a todos los que quieran recibirlo... ELC 52.4
Estamos viviendo en el día de la preparación. Debemos conseguir
una abundante provisión de gracia del almacén divino. El Señor ha hecho
provisión para la demanda diaria.—The Review and Herald, 31 de mayo de 1906. ELC 52.5
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